La corrosión en estos circuitos es debida a varias causas que pueden actuar individual o conjuntamente, con lo que su acción se multiplica, siendo mayor que la suma de la corrosión de cada causa por separado.
Estas variables que provocan la corrosión son: la propia agresividad del agua salada, la velocidad de circulación de la misma, los pares galvánicos debidos a la mezcla de varios metales en el circuito (soldaduras, tensiones en el metal debido al proceso de fabricación, etc...) así como corrientes erráticas o vagabundas que circulan por las tuberías sin control.
Lo primero que debe hacerse es conectar entre sí todas las tuberías mediante puentes eléctricos y éstas a la masa o la tierra del barco a fín de aplicar una protección catódica de la tubería o intercambiador por el interior.
Tradicionalmente esa protección catódica se efectuaba mediante tapones roscados a ½" gas con un ánodo de aluminio o zinc distanciados conveniéntemente, dando más corriente el de aluminio que el de zinc en caso de ser los dos del mismo tamaño (en instalaciones industriales, como excepción podrían usarse roscas de ¾" de gas).
En caso de que se precisara más corriente unitaria por ánodo o busquemos una mayor duración de los mismos, es necesario recurrir a la protección catódica por corriente impresa. Los ánodos que forman este sistema Proytec son de Titanio y se pueden colocar en las mismas roscas de ½" gas; los hay de varios tipos en función de las necesidades de cada caso y pueden llegar a proporcionar hasta 500mA. por ánodo, contando con una vida útil de 20 años.
Es necesario alimentar estos ánodos mediante corriente positiva controlada mediante reguladores que suministramos de varias potencias, con la posibilidad de dar más corriente cuando el agua circula mediante ajustes independientes, de esta manera sólo se aplica la corriente necesaria para cada situación. Estos reguladores son del mismo tipo que los empleados para proteger la obra viva de una embarcación, y su dimensión o intensidad dependen del número de ánodos de Titanio que tiene que alimentar.
Con el equipo se suministran electrodos de referencia que indican en todo momento si la protección es efectiva. Al igual que los ánodos, éstos son colocados en el interior de las tuberías a fín de que estén en contacto con el electrolito (agua).